Milpa Gráfica, más que un libro, un ejemplo de colectividad

Escrito por: Mariana Castillo Hernández
20-09-2023

Te platico más sobre lo que hay detrás de este proyecto que es un homenaje a este sistema de cultivo.

Portada libro: Milpa Gráfica

Me gusta decir que Milpa Gráfica es un libro y también más que un libro: es, sobre todo, un ejemplo de colectividad. Verlo por primera vez me puso la piel chinita y quiero compartirles aquí, y en primera persona, lo que hay detrás de sus trescientas treinta y tres páginas.

Nuestra iniciativa ha tenido varias etapas: la digital que comenzó en 2021 en redes sociales y en mi sitio, marviajaycome.com, cuando lo imaginé en plena pandemia: compartí publicaciones con mis textos digitales y las creaciones de artistas con talento que se sumaron desde este momento; luego vino el desarrollo editorial para convertirla en una obra impresa desde 2022, recopilando, editando y analizando qué incluir, e integrando a más profesionales; y este 2023 en donde ya es una publicación materializada, y que a su vez, busca generar conversaciones y reflexiones presenciales, además de más colaboraciones. 

Después de mucho esfuerzo y vicisitudes, y de recibir apoyo de una cadena de gente increíble, el libro vio la luz en agosto de este año. Está escrito en español (con las maneras locales de nombrar por región en algunos artículos) e inglés; reúne diez palabras que son parte del vocabulario milpero, con los trabajos gráficos y artísticos que las acompañan, así como diferentes textos periodísticos con enfoque etnográfico donde se plasman diferentes entornos en México.

Nació del deseo de hacerle un homenaje a este sistema de cultivo mesoamericano vigente y vivo, y a las personas que son parte de él, desde la gráfica urbana, la ilustración científica, el diseño, la arquitectura, el foto bordado, las letras, la investigación y la fotografía. Las miradas y quehaceres de quienes participan en ella son tan diversos como la milpa.

Interior libro Milpa Gráfica
Fotografía: Tony Petate

Contexto de la Milpa Gráfica

Es importante decir que hubo una Milpa Gráfica en 2015 de Francisco Toledo (Q.E.P.D.) y Demián Flores, precursores de iniciativas sociales, artísticas y filosóficas alrededor del tema agrícola. Los concursos de carteles en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca relacionados con la milpa, los transgénicos y el maíz nos han inspirado a generaciones enteras: nos hicieron saber que el arte cambia realidades.

Esta Milpa Gráfica está relacionada con aquella sin proponérselo en un inicio. El arte es una vía para conectarnos, para integrar mensajes vitales, que busquen un impacto más allá de lo estético: evoca resistencia y es una manera de decir “esto es lo que somos y queremos que siga existiendo”.

Elegí historias de grupos familiares y de investigación como Milli Cholula en Puebla, Red Tsiri en Michoacán, Huerta Gosen y Saniz Maguey en Tlaxcala, Maíz Criollo Kantunil en Yucatán, los tamales de Calería de los Bustamante Cruz en Veracruz, el nixtamal de Martha Peña en Santiago de Pinos en Jalisco, los maíces de Yaalboc de la familia Hernández Ruíz en Chiapas, los maíces de Colima, el tejuino de Jalisco y sus vestigios arqueológicos, las oloteras de Ulises Hernández y Diana Angoa, entre otros.

Francisco Rodríguez y Marta Astier de Red Tsiri en Michoacán
Fotografía: Mariana Castillo

¿Qué contenido encontrarás en el libro?

En la primera parte de la publicación, “Palabras de la milpa”, escribí y reuní información útil sobre términos como comal, tortilla, teocintle, milpa y más, ilustrada por artistas como Xian of the death, Lapiztola, Iara Chapuis, Arturo Canseco, Ariadna Vásquez, Bouler, Mayra Biajante, Vics Laga, Sebastián Castillo y Alberto Cruz.

La segunda parte, “Historias de la Milpa”, integra las colaboraciones de las colegas Luza Alvarado, Irene Vázquez y Wendy Pérez y varios de mis textos alrededor de este tema; todo  con fotografías de Frida Salazar, Tony Petate, Gilberto Hernández y Beto Cholico. 

Como parte del equipo, el diseño editorial de Milpa Gráfica es de Guillermo Escárcega, la traducción al inglés es de Melissa Biggs, la corrección editorial corrió a cargo de Vanessa Villegas y el diseño de portada y contraportada es de Ariadna Vásquez. 

El prólogo es del Grupo de investigación y equipo del diplomado, Cocinas y cultura alimentaria de México: Usos sociales, contextos rituales y significados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

El primer tiraje de Milpa Gráfica consta de 200 ejemplares impresos por Repro.Gráfika de Manuel García en Oaxaca y este proceso de publicación fue posible gracias al patrocinio del whiskey Maíz Nation de Yira Vallejo y Jonathan Barbieri, quienes tienen compromiso con este tema. 

Gracias a cada persona involucrada por su talento, cariño y confianza.

Portada Milpa Gráfica
Diseño de portada: Ariadna Vásquez

La filosofía detrás de Milpa Gráfica

Hoy en día estoy convencida de que lo más complejo en la vida de quienes escribimos no es la hoja en blanco como suele pensarse de manera romanizada: lo más difícil es lograr publicar lo que queremos como queremos, desde una filosofía específica, con una estética deseada, con una misión definida, en un lenguaje cercano, para más audiencias y que eso nos genere ganancias dignas.

Explicaré cada punto a detalle: 

  • Lo que queremos como queremos se refiere a libertad de expresión y la búsqueda de narrativas alternativas a las de moda o las que vayan a ser atractivas para las ventas masivas.
  • Desde una filosofía específica tiene que ver con seguir una línea editorial con la que nos sintamos congruentes, con misión social.
  • Con una estética deseada porque queremos libros cuidados a nivel editorial desde el papel, su grosor, las tipografías, la corrección de color, su propuesta particular, etc.
  • Con una misión definida, ya que escribir es una herramienta que puede transformar contextos e ideas.
  • En un lenguaje cercano y actual, porque se puede hacer divulgación clara, amable y desde una realidad presente y desde el periodismo de soluciones.
  • Para más audiencias, para que no solo llegue a las especializadas, de nicho o al entorno académico.
  • Y que genere ganancias dignas porque quienes creamos queremos vivir de nuestro oficio.
Flavia de Albino, Gloría Rodríguez y Alexa Jocabed de Huerta Gosen en Tlaxcala
Fotografía: Mariana Castillo

En una época en la que una gran cantidad de los contenidos sobre alimentación en medios de comunicación están gourmetizados o se producen bajo la mirada de la profesionalización occidental con ciertos paradigmas sobre gastronomía que aún son generalizantes, clasistas, coloniales y racistas, la elección de sobre quienes se habló en Milpa Gráfica es parte de una curaduría a consciencia.

Reconozco y admiro el valor de varios proyectos que se acercan al tema de la milpa desde otros sectores sociales y culturales, pero, desde mi experiencia, análisis y labor, es importante descentralizar y plasmar experiencias de iniciativas campesinas, familiares y contemporáneas que no están en los reflectores y desde un acercamiento respetuoso y ético. Otro punto esencial es cuestionar el papel de las personas intermediarias alrededor de la milpa, su posicionalidad, alcances, etc. 

Hay material constante alrededor del trabajo de chefs de ciertos sectores y perfiles socioeconómicos, o de personas investigadoras que son repetidas una y otra vez en loop, a pesar de que existen tantos trabajos importantes. La elección de las fuentes siempre importa, es una postura política y discursiva. 

Considero que hay que diversificar a quienes se les da el foco y buscar desde otros eslabones de la cultura alimentaria, así como integrar tanto la perspectiva de género como la social, eso te lleva a ejercicios de reflexión necesarios y diversos (esta búsqueda es compartida con esta fundación, a la que también agradezco que hagamos conexión y trabajemos en conjunto).

Martha Peña en Santiago de Pinos, Jalisco
Fotografía: Tony Petate

Milpa Gráfica también genera conversaciones presenciales

Por otro lado, la etapa de la Milpa Gráfica en la que estamos, además de las diferentes presentaciones del libro, es generar diferentes sinergías. La Jornada cultural sobre la milpa será un evento en Laguna en la colonia Doctores colaboración con Anfora Studio, el próximo viernes 29 de septiembre, en el marco de la celebración del Día Nacional del Maíz (para el cual ya casi estamos al límite de cupo). Agradezco a Fernanda Balmaceda y Saúl Rivera por hacer esto posible y por todo su trabajo, conocimiento y energía.

Ahí habrá charlas de especialistas sobre la milpa (el 90 % son quienes aparecen en el libro y que ya mencioné como Isela Islas, Flavia de Albino y Ulises Hernández), procesos en vivo con Victoria Gaspar, Christian Castañeda y Mayra Biajante, tres de las artistas gráficas que participaron en la obra, la proyección del corto del documental Guardianes del Maíz de Gustavo Vázquez, una cata de whiskey Maíz Nation y bocados de maíz de Gustavo Macuitl. 

Además, se presentará una vajilla coleccionable de algunes artistas de Milpa Gráfica con Anfora Studio que estará a la venta al público desde sus diferentes canales.

Y como un adelanto, en octubre tendremos la presentación en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca con otras actividades asociadas y en diciembre habrá una sorpresa en compañía de Conuco, iniciativa que realiza investigaciones y publicaciones sobre alimentación y cultura gastronómica consciente. Esto es solo una probadita de lo que esta generosa milpa ha logrado.

Por el momento, puedes adquirir el libro puede escribiendo a contacto@marviajaycome.com y, en breve, este también llegará a diferentes librerías independientes y espacios de la Ciudad de México, Oaxaca y más, lo cual se anunciará en mis redes, @marviajaycome.

Finalmente, como lo escribí, es vital que como sociedad civil reconozcamos la labor de las familias campesinas que día a día buscan la resistencia desde sus territorios, así como a las diferentes organizaciones que emprenden acciones legales especiales para el fomento del maíz nativo como una planta de valor cultural, alimentario y económico nacional como Demanda Colectiva Maíz y la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País.

La milpa es una analogía de la vida, no podemos existir sin la otredad, sin la diversidad. Gracias a quienes hacen posible que diario tengamos alimentos, tengamos tortillas y un sinfín de bondades, a quienes nos abren las puertas para conocer más sobre este cultivo, a quienes nos abren los ojos a diario para valorar lo importante.

Ernestina Hernández en Yaalboc, Chiapas
Fotografía: Frida Salazar


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