Valentin Bakardjiev es un artista búlgaro-holandés que por medio de su obra The Butterfly Effect –o El Efecto Mariposa– buscar acercarnos al planeta y a nuestras raíces. Para remitirnos a nuestro entorno, utiliza materiales como las hojas de maíz teñidas con índigo y las cáscaras de aguacate y su semilla. Su obra tiene una mirada con particular atención a productos que suelen verse como desechos y aquí toman otra luz para contribuir al futuro.
“La obra trata de enseñar un mundo sin bordes y que tenemos que preservar el pasado y traerlo al presente. Mucha gente olvida sus raíces y tenemos que recordar que son importantes para seguir construyendo nuestra vida con estas bases que vale la pena preservar”, comenta Valentin.
Las hojas de maíz, para el artista, son lo más parecido al ala de una mariposa. Por una parte, las alas de este insecto son finas y parecidas a la seda. Por otra, las hojas del maíz tienen una textura fuerte. A pesar de que contrastan ambas cosas, Valentin busca la belleza en lo que encuentra a su alrededor: pasa de un material rústico a la textura más fina del mundo. La textura de sus cuadros se asemeja al tejido de las alas de una mariposa si las viéramos bajo un microscopio; es decir, con detenimiento y de cerca.
Desde sus estudios en la escuela de arte, en los años noventa, ya había utilizado maíz sobre un proyecto que se enfocaba textiles en el agua. En los años transcurridos, la vida de Valentin se ha configurado para reencontrarse con el maíz que, para él, es un ingrediente que se relaciona con México y que, a la vez, ha recorrido todo el mundo. Además, recuerda claramente este alimento y su textura en sus manos.
El artista actualmente vive en Ámsterdam, por lo que los maíces que utiliza suele conseguirlos en el campo de Holanda o en el supermercado, donde también llegan elotes frescos con sus hojas verdes.
“Mi hermana cultiva maíz en Bulgaria para mi obra. En Ámsterdam es difícil hacerlo, el año pasado intenté cultivar maíz morado por sus hojas con tinta natural, pero las semillas no terminaron de madurar. Prefiero trabajar con maíces maduros porque tienen un color más fuerte”, cuenta el artista, quien nació en Bulgaria y vivió ahí por 30 años.
Para dar color a las hojas de maíz, usa el aguacate –la cáscara y la semilla– que se convierte en un color rosado y anaranjado. También usa índigo natural como un pigmento. Valentin cultiva las semillas de índigo en su jardín y ha aprendido el proceso para convertirlas en pigmento.
“El índigo no pinta la fibra, sino que la cubre con pequeños cristales. Este símbolo me gusta mucho porque en una hoja de maíz, el color no entra por dentro, pero la protege por fuera. Es como nuestro planeta que está protegido por el aire y que nos protege de los rayos de sol. De la misma manera el índigo cuida y es muy interesante como color y símbolo”.
El nombre del proyecto también se remite a la teoría científica del caos que postula que el aleteo de una mariposa en un lugar podría ser la causa de un tornado en otra parte del mundo. En otras palabras, acciones pequeñas pueden producir grandes cambios en nuestras vidas en el futuro. De esta manera, Valentin enseña que el mundo no tiene fronteras o límites. Cualquier material o residuo –como las hojas de maíz en su obra que asemejan alas de mariposa– tiene una historia, un recorrido y un impacto.
“Con mi proyecto quiero inspirar a la gente a que vea el mundo con diferentes ojos, pues la belleza está alrededor de nosotros. Tenemos que seguir conectando con la naturaleza y crear consciencia sobre el calentamiento global para proteger a nuestro planeta y pensar mejores soluciones para él”, añade.
Las hojas del maíz se usan en estas obras de arte como un material versátil y en las de Valentin Bakardjiev nos habla de la condición de nuestro planeta y de una nueva perspectiva artística con la que se puede aprovechar diversos materiales naturales.
Para conocer más puedes ingresar a su página web.
Somos una institución sin fines de lucro, apóyanos con un donativo que nos permita continuar investigando y generando contenidos especializados en maíz